viernes, 31 de agosto de 2018

Volvemos de vacaciones

Después de disfrutar de las ferias y fiestas de San Julián volvemos al trabajo. Para no agobiarnos con “la vuelta al cole” hemos cambiado la bata por el sombrero por unos días. Esta semana tocaba buscar en la tierra los restos de estos lagartos terribles. ¡Cómo se echan de menos las estanterías del taller donde siempre encontramos algo! Durante tres días tuvimos la oportunidad de visitar y colaborar en el yacimiento paleontológico de Poyos (Guadalajara). Los responsables científicos de este yacimiento son el Grupo de Biología Evolutiva de la UNED y desde el año anterior trabajan en este área gracias al proyecto de investigación de patrimonio titulado “Estudio del área de nidificación de dinosaurios saurópodos en el margen occidental del embalse de Buendía” financiado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha.


Aunque dista unos cuantos kilómetros desde el taller, trabajamos en las mismas épocas geológicas. Es un yacimiento sincrónico con Lo Hueco, datado como Cretácico Superior con aproximadamente unos 70 millones de años. Al borde del embalse de Buendía, con las subidas y bajadas del nivel del agua, se ha ido lavando el terreno dejando al descubierto restos de dinosaurios saurópodos y otros vertebrados. Esta zona se ha interpretado como un área de nidificación de estos grandes dinosaurios donde han aparecido cáscaras de huevos, huevos completos y asociaciones de huevos. Este prometedor yacimiento tiene el potencial de aumentar la información disponible sobre la distribución geográfica de los saurópodos en la península ibérica. Al ser una zona de nidificación y con gran abundancia de restos de huevos podría además aportar datos sobre la ontogenia y el comportamiento de este linaje. La ontogenia describe el desarrollo de un animal desde su estado embrionario hasta su muerte. También se han excavado individuos adultos de saurópodo, lo cual podría permitir establecer las diferentes fases del desarrollo de estos animales. ¿Qué fue antes el huevo o el saurópodo?


Como se ha comentado, además de los restos de huevos, se han encontrado restos óseos pertenecientes a dinosaurios saurópodos y terópodos. En cuanto a estos últimos, los ejemplares se han asignado de forma preliminar al grupo de los abelisáuridos. Si no conoces este llamativo grupo puedes encontrar una reconstrucción en vida de uno de estos animales en los jardines del Museo Paleontológico de Castilla-La Mancha, además de un huevo de saurópodo procedente del yacimiento de Poyos en su exposición permanente. Por otra parte, y como también ocurre en Lo Hueco, se han encontrado restos de peces lepisosteidos (que son muy parecidos a los pejelagartos actuales), cocodrilos y tortugas, aunque este material se encuentra en una fase muy inicial de estudio y por el momento no se puede decir mucho de él…


Los compañeros y compañeras del taller tuvimos la oportunidad de ver como es el proceso de extracción de fósiles en campo. Un trabajo físicamente más duro que estar en el laboratorio del taller, pero igual de paciente y metódico. Entre los restos que encontramos cabe destacar: escamas y vértebras de lepisosteidos, varios dientes de cocodrilo y terópodo, cáscaras de huevo de saurópodo y gran cantidad de placas de tortuga. También hubo compañeras que participaron en la elaboración de momias de escayola de los bloques que se estaban extrayendo. Estas momias son una de las formas más comunes de construir un armazón de extracción y consta de varias etapas: consolidado, engasado con resina, papel húmedo y escayola. El papel impide que la escayola se adhiera al engasado y facilita la apertura del bloque en laboratorio. Gracias a estas estructuras que rodean y protegen las piezas, a veces muy frágiles, pueden ser manipuladas y transportadas con seguridad.


…Y EN EL LABORATORIO

Retomamos el trabajo con nuestros fósiles: ya están acabados algunos chevrones de saurópodo. Estos elementos son estructuras asociadas a la parte ventral de las vértebras caudales, y permitían el paso de vasos sanguíneos por su interior evitando su colapso. ¡Ya solo nos queda siglarlos y preparar los soportes para su almacenamiento!


Además a partir de esta semana tenemos la suerte de tener a Mercedes Llandres con una pieza del yacimiento de Las Hoyas. Se trata de un pez amiiforme que nos está dando la posibilidad de aprender como son los trabajos de preparación en este yacimiento. Un trabajo que difiere mucho de lo que hacemos habitualmente en el taller con las piezas de Lo Hueco. Cada yacimiento y cada fósil requieren un proceso de preparación adaptado a la naturaleza del material. Ver de primera mano este trabajo nos permite aprender nuevas técnicas y procedimientos en la preparación.
 
 
¡Buen fin de semana a todos nuestros lectores! Os dejamos este poema de Pablo Neruda titulado “La Tortuga”.

La tortuga que
anduvo
tanto tiempo
y tanto vio
con
sus
antiguos
ojos,
la tortuga
que comió
aceitunas
del más profundo
mar,
la tortuga que nadó
siete siglos
y conoció
siete
mil
primaveras,
la tortuga
blindada
contra
el calor
y el frío,
contra
los rayos y las olas,
la tortuga
amarilla
y plateada,
con severos
lunares
ambarinos
y pies de rapiña,
la tortuga
se quedó
aquí
durmiendo,
y no lo sabe.

De tan vieja
se fue
poniendo dura,
dejó
de amar las olas
y fue rígida
como una plancha de planchar.
Cerró
los ojos que
tanto
mar, cielo, tiempo y tierra
desafiaron,
y se durmió
entre las otras
piedras.
 
 

En Buendía parece ser que también quedaron tortugas durmiendo.

JAVI Y MARIO

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